En octubre de 2016 los tres llegaron a Barcelona y se instalaron en un local en el barrio de Gracia en el que habían hecho una barraca y dormían en el suelo
El modo de operar, altamente sofisticado, implicaba en una primera fase el uso de un "malware" específico con el que habría conseguido las credenciales
Al bloquear sus tarjetas sustraídas, comprobó que se habían realizado más de una decena de cargos en una de ellas por un importe total superior a los 110 euros